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🙏 Qué privilegio ser testigo de un amanecer a 2.000m de altura, rodeada de un vasto cielo, iluminada por una luna brillante, envuelta en un silencio sobrecogedor entre enormes montañas. Momento de quietud. Parece que no se mueve nada y se está moviendo todo. El sol anuncia su llegada a través del cambio de colores del cielo en la distancia. Cap de Creus, el Golfo de Rosas. 🌄 Tan lejos y a la vez tan cerca. Los primeros cantos de los pájaros anuncian un nuevo día. Las cimas de las montañas empiezan a reflejar una luz blanca en su piedra caliza. Los montañeros se desperezan dentro del refugio, con sueño en el cuerpo e ilusión en el corazón por el nuevo día. ¿Qué nos traerá hoy? Estamos a la merced de la naturaleza y su incontrolable voluntad. ¿Hará un día de sol? ¿Pasará como ayer, caerán de pronto las temperaturas y nos veremos envueltos en una niebla densa? Sostener la incertidumbre, estar preparados para cualquier situación.

Mientras contemplo este bello universo, pienso en aquel otro universo, el Metaverso, que hace un par de años hizo correr tantos ríos de tinta, y que ahora, apenas se escucha. 🎇 Pienso también en las narrativas y discursos que circulan sobre la Inteligencia Artificial. La obsesión por crear algo que supere al humano y a la experiencia humana. La excitación por crear algo más “inteligente”. Como si aquello tan complejo como es la inteligencia pudiera reducirse a una serie de datos, patrones y fórmulas matemáticas. Como si la vida pudiera encasillarse en celdas de Excel y encuadrarse en una pantalla plana.

Al admirar estas montañas que llevan aquí siglos y siglos, pienso que podemos diseñar y construir grandes tecnologías, sistemas informáticos y máquinas de todo tipo, pero la experiencia de la vida, en toda su riqueza, toda su profundidad, no se puede replicar ni sustituir. No se puede reemplazar nuestra manera de percibir a través de los cinco sentidos. Nuestra capacidad de reflexionar y aprender de las experiencias vividas. Nuestra capacidad de crear desde la intuición. 🎨 Nuestra capacidad de amar y de sentirnos Uno con el entorno y con la naturaleza. Nuestra capacidad de disfrutar de un frío amanecer a 2.000m de altura…

Apostemos entonces por un desarrollo tecnológico que nos sume, ayude y complemente, en lugar de reemplazar; que respete a la persona y a la Naturaleza en toda su grandeza, y que huya de palabras vacías, del bombo y platillo, y del ruido estridente. ✨

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